Los métodos mecanizados y la producción en serie permitieron la adquisición de prendas de moda a un mayor porcentaje de población, lo que fomentó el consumo y propició la costumbre de salir de compras como una actividad de ocio. Los años 1980 fueron una época de contrastes, con la convivencia de estilos inconformistas como el punk con los nuevos movimientos clasicistas, como el de los yuppies.