Debido a que su contrato terminaba en 2013 y al no haberse acordado ninguna renovación de contrato, Manuel Llorente decide su traspasado al Barcelona por 14 millones de euros, siguiendo la tónica del presidente de vender cada verano al futbolista con mayor valor de la plantilla. 5 millones de euros que la Generalidad Valenciana tuvo que abonar en 2013 para pagar los intereses del préstamo a la Fundación. Pero el 20 de septiembre de 2012, Bankia anuncia que rompe todo este acuerdo unilateralmente y se deshace la empresa Newcoval, destruyendo así todo lo pactado.