Otras pruebas que se recuperaron en los primeros años cincuenta fueron el Montecarlo y el RAC de Inglaterra, pero también nacieron otras muchas prácticamente en cada país del continente europeo, tanto del lado occidental como tras el telón de acero. Una muestra de ello fue que el ganador del Rally de Montecarlo de 1949 fue el mismo participante y con el mismo coche que el de 1939, el francés Jacques Trévous con un Hotchkiss.